
Los gendarmes aseguraron que «por orden del juez» no se podía fotografiar ni filmar lo que fue secuestrado y echaron a la prensa que buscaba registrar lo secuestrado. «Nosotros después les vamos a decir cuánto se secuestro», explicó uno de los uniformados.
La decisión de no permitir filmar ni fotografiar lo secuestrado y la llamativa salida de los policías de la provincia, dejando solos a los gendarmes, sorprendió de sobremanera, principalmente porque el filmar y fotografiar lo secuestrado es una práctica habitual.
La gendarmería apresuró el traslado del auto (no se realizó siquiera el peritaje en el lugar) a la sede que la fuerza tiene en Avellaneda y comenzó la requisa del vehículo.
No permitieron el trabajo de la prensa «por orden de la superioridad», dijeron y aclararon que esa orden provino directamente del Juez Federal Aldo Alurralde.
«Ya estamos trabajando con los testigos, les pedimos que se retiren. Después les vamos a decir cuánto se secuestró», dijo finalmente el gendarme.