Comenzó el juicio por el intento de femicidio a Macarena Ardit

Pasadas las 8:15 del lunes se dio inicio al litigio contra Mauricio Suligoy por intentar matar en la noche del 6 de marzo del año pasado a quien fuera su novia.  

Este lunes por la mañana, los magistrados Claudia Bressan y Mauricio Martelozzi, presididos por Ireneo Berzano, abrieron la primera de una seguidilla de audiencias en la sala mayor de la Oficina de Gestión Judicial de Reconquista.  

Entre los presentes se pudo ver a Macarena junto sus hermanos Geraldine y José Ardit, además de otros familiares y amigos. Estuvo también, como desde un comienzo, el Foro de Mujeres de Reconquista acompañando a la víctima. Por el lado del acusado, los padres de Mauricio también decidieron participar del arranque del juicio. 

El Fiscal de la causa fue el que inició la ronda de los alegatos de apertura y quien se detuvo a relatar los detalles de la vil agresión de Suligoy a su novia. Rubén Martínez contó que aquel 6 de marzo de 2016, víctima y victimario mantuvieron reiteradas discusiones telefónicas previas al primer arribo de a quien apodan “Madera” al domicilio de Ardit. En esa oportunidad no ingresó a la casa, algo que le pidió Macarena para no seguir discutiendo en la vía pública, y prefirió retirarse del lugar. En la casa, de calle 20 al 364, se encontraban en ese entonces su mamá Griselda Delbón y su amiga Brenda Diez. Cerca de las 22 hs. volvieron a discutir por teléfono y, 45 minutos después, él decidió volver a visitarla. Esta vez, por el arma blanca que llevó consigo, claramente con otro tipo de intención. Cuando tocó timbre, lo atendió Brenda ya que Macarena se estaba bañando y su mamá ya se había retirado de la casa. Suligoy entró y decidió dirigirse al baño, Brenda quedó en la habitación contigua. Mauricio le corrió la cortina para que Macarena lo viera, mientras se duchaba, y así retomar la discusión anterior. Se sentó en el bidet para seguir hablando mientras ella le reiteró que no quería continuar más con la relación. Fue allí cuando él decide pararse y agarrarle la cara con una mano, mientras que con la otra la apuñala en el medio del cuello con un cuchillo que tenía escondido entre sus ropas. Contó que le dijo “te voy a cortar la cabeza” al momento del ataque. Luego hubo un forcejeo, producto de la resistencia de Macarena, donde al agresor se le rompe el arma y su víctima grita por ayuda. Al escucharla, su amiga Brenda entra al baño y Suligoy sale corriendo para luego subir a su moto y escapar.  Eso fue lo que decidió contar el fiscal regional, para luego continuar con todo lo sucedido a posteriori; y que concluyó con la detención de “Madera” en un campo cercano a la localidad de Tostado.   

Todas las partes acusatorias, fiscal y querellantes, coinciden en sumarle a la caratula de “homicidio calificado en grado de tentativa” los agravantes en relación a la convivencia (no vivían juntos pero eran una  pareja estable, aducen) y la alevosía (remarcando que el agresor se aprovechó del grado de indefensión de Macarena estando desnuda en la ducha).  

 

 

En lo único que no coincidieron las partes fue en la pena solicitada. Mientras Martínez pidió 14 años de prisión, los querellantes Ricardo Degoumois y Marcelo Venetucci exigieron la condena de 20 años de cárcel para Suligoy. Estos últimos, a la hora de sus alegatos, decidieron no reiterar lo dicho por el funcionario judicial y centrarse en las consecuencias que le trajo el criminal ataque a la joven. Remarcaron que Macarena sufrió serios daños en las cuerdas vocales que le provocaron una pérdida de ciertas facultades en el habla, junto a una afección en distintos músculos faciales. Además de las secuelas sicológicas que, entre otras cosas, le impidieron durante un tiempo dormir sola.  

Degoumois fue más contundente a la hora de afirmar que Suligoy fue a matarla y no a hablar con ella, sino no hubiera llevado un cuchillo de su casa. Por lo que está más que claro que él premeditó todo el hecho, aseguró el abogado mientras solicitaba la pena máxima.  

El cierre de los alegatos le tocó al abogado defensor de Mauricio Suligoy. Fue entonces cuando Andrés Ghio manifestó que su pupilo no niega el hecho, ya que es real, e inclusive ya pidió disculpas públicas por lo sucedido. Agregando que le cree a “Madera” cuando dice que perdió el control y que hasta el día de hoy no entiende que fue lo que le pasó. Dejó en claro, además, que piensa poner todo el énfasis en demostrar que no existen los agravantes (convivencia y alevosía) que se plantean desde el sector acusador. Ghio dijo que, para él, acá solo estamos en presencia de un caso de “tentativa de homicidio simple” y nada más.  

Luego de ello, solo quedó tiempo para un cuarto intermedio donde se delinearon cuestiones referidas a la reconstrucción de los hechos y a las audiencias próximas donde desfilarán todos los testigos propuestos por las partes.