Lifschitz deslizó que hay «algún margen» para mejorar la oferta salarial a los maestros

El gobernador dijo que la propuesta del 16 por ciento que le hizo la provincia a los docentes es «la mejor del país» y, sin embargo, no la aceptaron. No obstante, aclaró que «Santa Fe no es una isla y no puede alejarse del contexto nacional».

El gobernador Miguel Lifschitz lo sabe tan bien como todos y cada uno de los que se dedican a la política, acá en Santa Fe y también en el más recóndito lugar del país. Y lo dijo, con todas las letras: «Todos los años son electorales». Y se lamentó: «No podemos salir de esa mecánica, aunque hoy hago un gran esfuerzo para que no sea así».

Fue el invitado estrella al primer programa de 2018 de Los Días Contados, una costumbre que tienen los periodistas políticos rosarinos, que Pablo Feldman cultivó, fiel a su esencia. Y lo hizo para dar prueba de su relevancia: «Volvemos después del receso veraniego y tenemos a la máxima autoridad política de la provincia».

Por qué importa
Lo dijo el propio Lifschitz: el tercer año de gestión es clave para la suerte del partido en el gobierno, en este caso el Frente Progresista. «En el primero y en el segundo, la gente tiene paciencia, pero en el tercero piden resultados», explicó, con la experiencia que le da haber sido por dos períodos consecutivos intendente de Rosario.

Por eso, sus definiciones son importantes, ya sea en cuestiones de estricta actualidad, como el conflicto docente –que mañana tendrá el inicio de su segundo paro por 48 horas del período lectivo que recién comienza–, como en asuntos más profundos, como la reforma constitucional, que lleva oculta en el orillo la posibilidad de su reelección al frente de la administración provincial.

Entrelíneas
A eso se refirió Lifschitz cuando dijo que tenía «todos los discursos de los gobernadores de Santa Fe, desde Vernet hasta ahora, y todos hablan de la necesidad de que se reforme la Constitución». También cuando aseguró que en el frente hay un «consenso unánime» sobre la oportunidad de llevar este año el proyecto a la Legislatura.

«Hemos logrado un acuerdo muy amplio dentro del Frente, incluso con algunos sectores del radicalismo con los que tenemos alguna diferencia», profundizó el gobernador y, amablemente, desafió a Cambiemos a que le dé su apoyo a la iniciativa, aunque dudó que eso suceda, porque la decisión –deslizó–, no se va a tomar en Santa Fe sino en Buenos Aires. Con las encuestas en la mano».

El desafío
Sin embargo, para aspirar a la reelección, primero hay que resolver las cuestiones de la coyuntura. Lifschitz lo sabe mejor que nadie y hoy la papa que quema es el conflicto docente, un dolor de cabeza al que políticos, gremialistas y padres sufren cada marzo. Por eso, sin dar demasiadas precisiones, dijo: «Hemos hecho una propuesta y hay algún margen para mejorarla, ya lo hicimos el viernes y los maestros no la aceptaron…».

«Lo cierto es que hemos hecho la mejor propuesta del país, el 16 por ciento, que está por encima de la que hizo Buenos Aires, del 12 por ciento. Y con cláusula gatillo, que es algo que el gobierno nacional el año pasado ofreció en varias negociaciones y ahora lo borró», insistió el gobernador, sin dejar de aclarar que «Santa Fe no es una isla y no puede alejarse del contexto nacional».

Cuestión de fondo
Tras la pausa, ya pasado el primer round, el más largo, el que demandó más energía, quedó tiempo para un tema más: el laborioso romance (político) que mantiene con la ministra Bullrich y que, después de los chispazos que tuvo la relación en los agitados días que los evadidos de la «triple fuga» se aguantaron en Santa Fe, hoy es empalagosa como una comedia romántica de Hollywood.

«Venimos haciendo un buen trabajo con el Ministerio de Seguridad de la Nación», respondió con corrección política Lifschitz, después de aclarar que su administración siempre sostuvo una posición «innegociable» con Nación respecto del desembarco de fuerzas federales. Y lo reiteró: «La política de seguridad de Santa Fe la define el gobierno de la provincia, esa es su jurisdicción».

No obstante, aclaró que hoy por hoy se está «haciendo un buen trabajo, no tanto en la presencia en la calle, en el patrullaje, sino en la investigación criminal, aportar pruebas a las investigaciones judiciales», y concluyó: «Mi balance es positivo».

Después de la marea
Lifschitz aprovechó la tribuna que le dio el regreso a la pantalla del programa de análisis político de Canal 5 de Rosario para dejar un mensaje claro y distinto: va a mejorar la propuesta salarial a los maestros, pero poquito, no porque se lo imponga Macri sino porque los números no dan para más que eso; quiere la reforma constitucional, porque la provincia la necesita y también él, que sueña con gobernar Santa Fe por otros cuatro años más, y por último, el éxito de las políticas de seguridad es vital para sus aspiraciones políticas y para lograrlo bien vale hacer el máximo esfuerzo. A buen entendedor, pocas palabras.