La CGT busca reinventarse, pero sin Moyano, Barrionuevo ni triunviratos

Aún existen controversias para la convocatoria a un congreso nacional: algunos quieren que sea antes del Mundial, otros piden más tiempo.

Los principales referentes de las diversas corrientes sindicales comenzarán el 5 de abril a transitar el camino de la renovación de autoridades de la CGT, cuando se reúnan en la histórica sede de Azopardo 802, lo que significará el certificado de defunción a mediano plazo del triunvirato de la central obrera.

Si bien nadie tiene en claro cómo será el próximo formato de la CGT, al menos se sabe cómo no será: no más triunviratos, ni lugar tampoco para Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, dos dirigentes demasiado proclives a manejarse con autonomía.

La conformación del nuevo núcleo sindical proyectado por las organizaciones tradicionales contempla también la exclusión de raíz de los llamados «movimientos sociales» (piqueteros), las CTA de Hugo Yasky y de Pablo Micheli, y a los aliados del kirchnerismo y de la izquierda, con quienes Hugo Moyano busca articular un polo político-sindical opositor al gobierno de Mauricio Macri.

En esta etapa, los dirigentes sindicales que buscan la unidad y tienen al camionero en la vereda de enfrente no quieren que se ideologicen las disputas por los derechos laborales, y menos la negociación partidaria, pensando en 2019, dicen las fuentes.

Si bien aun subsisten algunas controversias vinculadas al plazo para convocar a un congreso nacional extraordinario, algunos quieren que sea antes del comienzo del Mundial de Rusia, en junio, y otros pretenden que la renovación se dé más adelante. Pero existe una coincidencia generalizada de que «la CGT debe ser normalizada».

Un dirigente gremial confió que «una CGT partida en varios sectores no le sirve al movimiento obrero y tampoco al gobierno nacional, porque en vez de dialogar con una sola representación debe ir cerrando acuerdos parciales, que algunos cumplen y la gran mayoría no».

El informante precisó que si «bien necesitamos una conducción con un único secretario general acompañado por un consejo directivo que funcione a todas horas, no es cuestión de sentarnos y llenar planillas con los nombres de dirigentes que nos sean afines porque eso no sirve».

Puntualizó: «Debemos hacer un mix entre la experiencia y la juventud, a los efectos de colocar a los dirigentes más convocantes, ya que hoy en un 50 por ciento los trabajadores tienen menos de 50 años, especialmente en la industria y existe un océano cultural, tecnológico y gremial».

Otro gremialista indicó que «hay dirigentes que ven su labor con una óptica basada en las premisas enarboladas por Juan Domingo Perón, mientras que los sectores más jóvenes necesitan de ese marco referencial histórico pero también de dirigentes que vean a futuro como resolver los grandes problemas que genera la globalización económica y el desarrollo tecnológico».

«En la Argentina y con mucha razón —añadió— los dirigentes quedaron atrapados en la pelea salarial y en la defensa del empleo porque ha sido evidente el deterioro del poder adquisitivo y los bolsones de desocupación, pero no alcanzan a notar que el permanente crecimiento del desarrollo tecnológico los deja más desamparados a corto plazo».

Volviendo al 5 de abril, la necesidad de elegir a una nueva conducción también servirá para aumentar los incipientes aprestos internos, ya que cada corriente tiene sus propios candidatos.

Los gordos e independientes, veteranos en el arte de tejer alianzas, que en la cumbre sindical del 7 de marzo en la Federación de Sindicatos de la Industria del Gas, que dirige Oscar Mangone, y días después en el gremio estatal de UPCN, manifestaron su apoyo a las actuales autoridades, o sea el triunvirato, y su candidato más firme es Héctor Daer.

Para ello contarían con el aval de Confederación Argentina de Trabajadores del transporte (Catt), cuyas principales espadas son Juan Carlos Schmid (dragado), Omar Maturano (La Fraternidad) y Roberto Fernández (UTA).

Los principales referentes de la Catt se reunirán hoy en la sede de La Fraternidad, con las principales espadas del Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa), Jorge Omar Viviani (taxistas), Sergio Sasia (U.Ferroviaria) y Guillermo Moser (Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf), para analizar la realidad económica, gremial y política del país.

Los referentes de otros dos grandes gremios, la UOM, que conduce Antonio Caló (sus colaboradores dicen que no tiene interés en acelerar los tiempos de renovación cegetista), y del Smata, mantienen silencio sobre que harán en el futuro.

En tanto, el gobierno, a través del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, continúa cerrando acuerdos paritarios, como el de los petroleros de YPF.