Rivero, quien presta servicio en la comisaría 5°, declaró que el joven le quiso arrebatar el arma. En esa circunstancia, de acuerdo a su relato, el policía lo golpeó en la cabeza con la pistola Bersa Thunder 9 milímetros y se le “escapó” el tiro, que dio en la frente de Sarría.
Según un investigador, “el robo de cables existió”, pero hay dudas sobre la versión que dio el agente, por lo que se ordenó su detención.
No es el primer caso de presunto “gatillo fácil” que se denuncia en los últimos días en la ciudad de Córdoba. El fiscal Gustavo Dalma imputó al oficial Ramiro Emanuel Cáceres (25) por “homicidio con exceso en el ejercicio del cargo”, en el marco de la investigación por el crimen de Marcos Soria (32), ocurrido hace dos semanas en el barrio Obispo Angelelli II, al sur de la capital provincial.
Soria, militante de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), murió luego de recibir dos balazos policiales en medio de un operativo sobre el que aún persisten varias dudas.