Muere por suicidio un joven de 26 años en Reconquista

Se trata de Matías Kaiser, de 26 años. El joven era oriundo de Goya, Corrientes, pero desde hace un tiempo estaba viviendo en la ciudad de Reconquista.

Un compañero, con quien comparte la casa, fue quien dio a conocer la noticia a las autoridades.

El suicidio se puede prevenir

Los especialistas aseguran que el suicidio se puede prevenir y que cualquier persona puede acceder a la contención necesaria en el centro de salud más cercano.

En la mayoría de los casos, el suicidio se pueden prevenir, aunque no es fácil valorar la posibilidad de que una persona se suicide dada la propia naturaleza del ser humano, en la que cada persona es única y tiene su particular manera de vivenciar las situaciones y de interpretar la realidad, convirtiéndola de manera subjetiva en su realidad.

La mayor parte de las personas con ideación suicida da avisos evidentes de sus intenciones. Solo un escaso número de suicidios se produce sin previo aviso, por eso es importante prestar atención y tomar en serio todas las amenazas que se refieren a la autolesión, especialmente cuando son persistentes.

También hay que tener en consideración el «cómo» son expresadas. ¿Aparecen solo en situaciones estresantes?: «Esto no lo soporto, si me muriera me quedaría tranquila». ¿Son fluctuantes o martillean de forma continua y obsesiva? Si ante cualquier hecho, por insignificante que pueda parecernos, aparece la idea como salida. ¿Son ideas activas del tipo «voy a quitarme la vida, quiero desaparecer», o son pasivas: «ojalá me pase algo y me muera de una vez?»

El tratamiento psicológico es necesario en todos los casos, tanto en personas con trastornos como la depresión, el alcoholismo y la esquizofrenia como en personas que han cometido intentos de suicidio o mantienen una ideación suicida recurrente ante situaciones estresantes.

Recursos para superar las crisis

Crisis, desorientación, desbordamiento de emociones, vivencia interna de caos, túnel oscuro para el que algunas personas encuentran como única salida la muerte.

Para salir de esta situación de desestructuración personal es necesario encontrar la orientación. Vivir orientados es una necesidad característica de la vida humana.

No quiero emitir juicios de valor respecto a si es correcto o no suicidarse, si está bien o mal. El suicidio no es un defecto del carácter ni de la moral, es un desequilibrio entre el dolor y los recursos para vencerlo. Por tanto, una manera de enfrentar la situación es fomentar y potenciar los recursos personales y orientarlos de forma que nos permitan reducir el sufrimiento.

A menudo, el suicidio es una solución permanente para un problema pasajero. Todos hemos vivido situaciones que veíamos negras, sin solución, y, después de unos días, el horizonte se despeja y vemos con más claridad.

La mayoría de las personas con las que he tratado que habían contemplado alguna vez el suicidio como solución, me verbalizó claramente su alegría por no haberlo hecho. En realidad, no querían poner fin a su vida, solo querían evitar la pena y el sufrimiento que las desbordaba.

Compartir los problemas es clave

Todas las situaciones tienen solución de una u otra manera. Como dice el refrán, «cuando se cierra una puesta se abre una ventana». La dificultad radica en que, cuando estamos ante una puerta que se nos cierra, a veces no vemos más allá. Por eso es necesario buscar ayuda, no intentar solucionar las situaciones a solas, hablar con personas de nuestra confianza o recurrir a la ayuda de un profesional, ya sea psiquiatra o psicólogo.

El vínculo es lo que cura, el encuentro libera, compartir descarga y alivia, el valor abre un mundo de posibilidades.

Es necesario poner distancia emocional de nuestros problemas, o como me gusta llamarlos «situaciones que hay que resolver». Cuando le sucede algo a otras personas, logramos verlo con claridad, comprendemos la situación, ayudamos y apuntamos posibles soluciones. ¿Por qué cuando nos ocurre a nosotros no hacemos lo mismo? ¿Por qué, en un momento dado, solo contemplamos el suicidio como la única salida?

La crisis es pasajera y es una oportunidad para descubrir el gran potencial que tenemos, enriquecernos y salir fortalecidos. Quizá no recibamos del mundo todo lo que queremos, pero el mundo necesita de cada uno de nosotros. ¿Qué quieres darle al mundo de ti?