Dionisio Scarpín es el Intendente de la ciudad de Avellaneda que saltó a la fama nacional por organizar y promover las manifestaciones en contra del Gobierno Nacional y a favor de la concursada empresa Vicentín.
El Jefe Municipal (¿Frente Progresista? ¿PRO?) aprovechó la oportunidad, subió a cuanta platea pudo y se sentó frente a todas las cámaras para defender los intereses de la firma que, de manera por lo menos sospechosa, adeuda miles de millones a todos los argentinos. Su momento de mayor repercusión llegó cuando, en una de esas declaraciones, sostuvo la incapacidad del Estado de participar en la empresa si ni siquiera “puede cortar el pasto de la Ruta 11”.
Lo llamativo es que hoy, luego de rechazar tajantemente tanto la intervención de Nación como la mediación más “amistosa” de la Provincia, y a ante la falta de un horizonte que ofrezca una solución, Scarpín expresó ante la Agencia Télam que el Estado «tiene que sentarse en una mesa para tratar de ayudar a resolver los problemas».
¿En qué quedamos?