Con la presencia de Milei: el Papa Francisco canonizó a Mamá Antula, la primera santa argentina

María Antonia de Paz y Figueroa, bautizada como «Mamá Antula» por los aborígenes argentinos fue fundadora de la Casad de los Ejercicios Espirituales de Buenos Aires. Nació en 1730 en Santiago del Estero y falleció en 1799 en Buenos Aires.

Consagrada como Santa popular en el país, el 18 de diciembre pasado el Vaticano decidió canonizarla. Y así sucedió. Hoy 11 de febrero de 2024, Francisco leyó la fórmula de canonización en una ceremonia celebrada en la Basílica de San Pedro. Fue a las 9.46 horas de la ciudad Vaticano (5.46 horas en Argentina). 

“En honor de la santa e individua trinidad para la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro señor Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y escuchado el parecer de numerosos hermanos en el episcopado, declaramos y definimos santa a la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa, y la inscribimos en el catálogo de los santos estableciendo que en toda la iglesia sea honrada devotamente entre los santos. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amén”, leyó el Papa argentino.

En el altar central de la basílica se colgó una representación de Mama Antula, a través de un cuadro pintado por José de Salas, contemporáneo a ella. La pintó luego de su fallecimiento porque en vida no se lo permitió.

En la ceremonia estuvieron presentes peregrinos argentinos, familiares de la beata y el presidente de la Nación, Javier Milei, junto a su hermana. También estuvieron el arzobispo de Buenos Aires, José Ignacio García Cuerva, el arzobispo de Santiago del Estero -provincia natal de la santa- Vicente Bokalic, el obispo de Quilmes y titular de Cáritas, Carlos Tissera, y el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, entre otros. No podía faltar Claudio Perusini, el segundo de los milagrados por la santa.
En este sentido, para que la Iglesia Católica aceptar la canonización, había que comprobar dos milagros por su interseción. El primero fue en 1904, cuando una de las hermanas Hijas del Divino Salvador, Rosa Vanina, fue curada de una colecistitis aguda con shock séptico -enfermedad potencialmente mortal aún hoy- sin que la ciencia pudiera explicarlo cuando las beatas rezaron por su restablecimiento con reliquias de la santa.
El Papa Francisco junto a descendientes de Mama Antula en Roma

El segundo de los milagros se trató de la curación de Claudio Perusini, un santafesino que había sido alumno de Jorge Bergoglio y en 2017 sufrió un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo. Los estudios señalaron que le produjo un ictus isquémico con infarto hemorrágico, coma profundo y shock séptico con fallo multiorgánico. Una tomografía indicó, además, un infarto extenso del tronco encefálico.

Para los médicos, no había cura posible: o quedaba así por meses, e incluso años, o moría en el corto plazo. Hasta que un amigo suyo, jesuita, llevó una estampita de Mama Antula al hospital Cullen, donde se encontraba, y le rezó pidiendo un milagro. Y se produjo: el cuadro de Perusini se revirtió totalmente.