Daniel Bailat en el debate: pacífico y la voz denunciante de los vecinos

Daniel Bailat, candidato de Somos Vida y Libertad, arrancó su presentación con una confesión emotiva: “Hace un año mi hija me dijo que quería irse a vivir a España con sus amigas. Gracias a Dios hoy está acá. Y esa charla me empujó a meterme en política”. Desde entonces, se transformó en una de las voces más insistentes en pedir una gestión austera y transparente, aunque sus ideas rozan lo abstracto en ciertos puntos.

«El corazón del municipio —dijo— son los servicios públicos. Hoy ese corazón está en terapia intensiva”.

Mientras se generó una batalla campal entre Suligoy-Mitchell y Kreni-Werich, Bailat quedó al margen. Estuvo más tranquilo, con preguntas, sugerencias y chicanas sutiles. Halagó bastante a su alianza política en general, y a Emiliano Peralta, en particular.

En el primer eje «educación, cultura, deportes y participación ciudadana» esbozó una idea que suele no gustar; se relaciona con la participación ciudadana:

«Los concejales representan al pueblo, pero lejos quedaron esas épocas que caminaban los barrios y empatizaban con la gente. Tenemos que volver a recuperar ese vínculo porque el Concejo está desconectado de la realidad. Nuestra primera propuesta es generar una APP en la que el vecino pueda enviar sus reclamos, sus sugerencias, sus inquietudes. Tomamos el modelo del sistema del 911, donde cada llamada tiene una acción inmediata. Todo queda registrado en una base de datos».

Así de vacío sonó el segundo candidato más votado. No se acordó de la educación, de la cultura ni del deporte. No hubo un guiño a ninguna de las áreas. Solo habló de la aplicación para una ciudad que no quiere ni pagar el parquímetro con el celular o que llama insistentemente a los números del Municipio aunque nunca contesten. Un gran error del periodista que no tiene malas intenciones, claramente.

Entre sus propuestas más destacadas figura la creación de un Tribunal Municipal de Cuentas. “No va a generar costo extra, lo vamos a hacer con profesionales del Consejo de Ciencias Económicas y universidades. Alguien tiene que auditar el gasto”, sostuvo. También planteó que los concejales presenten un legajo público anual con su trabajo. Nada de bancas decorativas.

En el eje de seguridad propuso un Consejo Metropolitano entre Reconquista y Avellaneda, con conexión directa con las fuerzas de prevención y la Justicia. “La inseguridad no puede naturalizarse. Hay vecinos que cierran sus comercios porque se cansaron de que les roben”.

También propuso crear un Observatorio de Drogas inspirado en el trabajo del juez federal Aldo Alurralde. “La droga nos está matando. No lo digo yo solo, lo dice alguien que sabe más que todos nosotros”. Argumentó que ambas ciudades están cansadas de los ladronzuelos que roban para comprarse drogas y generan daño a sus víctimas. Llevó el reclamo social al atril del debate. Le damos la derecha, supo ser la voz de todos los reconquistenses y avellanedenses (él vive del otro lado de El Rey).

En producción fue punzante: “Este municipio tiene una secretaría de Producción ad honorem. Es un casillero en el organigrama, no una política real”. Pidió sacar del cajón ordenanzas productivas ‘olvidadas’ y revisar tributos distorsivos como el DREI y el 6% del alumbrado público que cobra la EPE. “Pagamos dos veces por la misma luz”.

«Las calles están repletas de barro e intransitables, y eso convierte la vida cotidiana en un verdadero rally. Los comercios de cercanía ven resentidas sus ventas porque los proveedores no pueden ingresar a los barrios, y cuando lo hacen con camionetas o camiones, terminan rompiendo aún más las calles. Se necesitan prioridades claras para atender esta situación con urgencia.»

 

Pacífico pero interrogativo

Tuvo cruces con Mitchell, quien cuestionó que propusiera comisiones y observatorios: “Eso no sirve para nada, ¿cómo lo vas a pagar?”. Bailat respondió con firmeza: “No vamos a aumentar tasas. Se reasignan recursos. Hoy se contrata personal sin función específica todos los días. Usemos bien lo que ya tenemos”.

También cuestionó a Walter Kreni por su rol como exsecretario de Servicios Públicos en el gobierno de Speranza: “La gestión fue tan mala que perdieron las elecciones. Nunca escuché una autocrítica”. Y al final, le pegó a todos: “Nos hace daño el divorcio entre el intendente Vallejos y el gobernador Pullaro. Se pelean como gato y ratón, y la ciudad lo sufre”.

Werich le preguntó que por qué vive en Avellaneda, pero el periodista -con un tono claro de indignación-, le respondió: «Laura, yo soy de Reconquista, voto en Reconquista, tributo en Reconquista. Estoy en este momento en un proceso de presentar declaración de ganancia de bienes personales. No sé qué más te puedo decir al respecto, pero fui a la escuela Rivadavia, fui a la escuela Comercio. Camino los barrios como también lo han caminado ustedes y represento a los vecinos de Reconquista. ¿Querés ver los papeles, que vayamos al contador no tengo ningún problema?»

En su cierre, volvió al tono emotivo que había usado al principio: “Me la estoy jugando en esta decisión. Tengo más para perder que para ganar, pero no puedo mirar para otro lado mientras cada día se vive peor en Reconquista”.

Un debate de concejales aCALORÓNado: revivilo acá

 

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