Laura Werich fue la única mujer en escena y se plantó con firmeza. Maestra de formación y militante de la educación pública, llevó su perfil social a cada eje del debate. Desde el comienzo dejó en claro que su mirada está puesta en los barrios, en los sectores vulnerables y en la participación popular.
En el eje educación, salud y participación ciudadana, Werich dijo: «Es fundamental recuperar la voz de las instituciones escolares, de los centros de salud, de los vecinos y vecinas que caminan la ciudad todos los días».
Planteó que el municipio debe garantizar condiciones para que las escuelas funcionen bien, con fondos transparentes y sin clientelismo. También propuso promover los consejos barriales como herramientas de decisión y control social.
«Queremos promover espacios educativos comunitarios en todos los barrios, acompañándolos con talleres de alfabetización, formación laboral actividades artísticas y deportivas y articulando con instituciones y con vecinales.
Ante al abandono del Estado Provincial, queremos proponer la creación de una red de trabajo entre el municipio y el socioeducativo de la Región II, con el objetivo de identificar los jóvenes que abandonan la escuela secundaria y tender puentes para que puedan regresar y acompañarlos con un seguimiento real porque hoy nadie los busca».
En producción y empleo, habló de fortalecer la economía popular, defender los derechos laborales y crear «mesas locales de empleo joven». Dijo que el municipio puede promover ferias, capacitaciones y circuitos cortos de comercialización: «Creemos en una economía que no deje a nadie afuera».
En seguridad, propuso senderos seguros, corredores escolares, iluminación, áreas de esparcimiento para adultos mayores y un hogar para la tercera edad. «La inseguridad no se resuelve solo con más cámaras, sino con presencia del Estado donde falta, con obras, trabajo y comunidad organizada», afirmó.
En el eje servicios públicos, fue clara: «La ciudad necesita un urbanismo desde los barrios». Se pronunció por un plan integral de mantenimiento y limpieza, más recursos para los corralones municipales y una revisión del sistema de recolección: «No puede ser que en algunos barrios los residuos se junten cada tres días y en el centro todos los días».
En ambiente y políticas inclusivas, se manifestó a favor del acceso a la tierra, la vivienda y la regularización dominial. Pidió más inversión en espacios verdes, protección del arbolado y un programa para incluir laboralmente a personas con discapacidad. «Es hora de que la inclusión deje de ser un eslogan y se transforme en política real».
Tranquila, contundente y confrontativa
Uno de los momentos más tensos del debate fue entre Werich y Walter Kreni, a quien le reprochó la entrega de fondos del programa FANI a instituciones educativas en plena campaña. «Eso no es gestión, es uso electoral de recursos públicos», disparó. Kreni se defendió diciendo que solo fue un nexo, pero ambos usaron réplicas para continuar el cruce.
También se enfrentó a Iván Mitchell, quien hablaba de recortes a programas sociales y cuestionaba el rol del Estado. «Lo que ustedes llaman privilegios son derechos adquiridos. Y los derechos no se tocan», le respondió. Luego lo apuró con una pregunta concreta sobre discapacidad, que Mitchell no respondió.
A Suligoy le tendió una mano suave. Le aseguró que podrían trabajar juntos en el Concejo. Hay una clara afinidad desde la profesión que comparten, aunque puedan discrepar en ideas partidarias.
Con Bailat fue filosa: «Dani, nosotros pensamos que para representar una ciudad hay que conocerla desde adentro y usted reside en Avellaneda. ¿Cómo planea representar a los vecinos de Reconquista si no convive con sus realidades cotidianas ni comparte los espacios públicos?
Werich cerró su intervención reivindicando su historia militante y su compromiso con la educación y lo público: «No venimos a prometer, venimos a comprometernos. La ciudad se cambia con organización, con coherencia y con decisiones valientes».
A diferencia de otros candidatos, que enfocaron su mensaje en la crítica al adversario o en eslogans ideológicos, Werich decidió pararse desde una identidad clara: la del trabajo de base, la construcción colectiva y la defensa de lo común.
Walter Kreni en el debate: facturitas, numeritos y una artillería contra el oficialismo
Iván Mitchell en el debate: Milei es palabra santa y eliminar la casta, su lema
Daniel Bailat en el debate: pacífico y la voz denunciante de los vecinos
