El Gobierno nacional anunció este lunes la eliminación de las retenciones para las exportaciones de granos y subproductos hasta el 31 de octubre o, en su defecto, hasta que se alcance un cupo de 7.000 millones de dólares en ventas declaradas al exterior.
La decisión, oficializada por decreto y comunicada por el vocero presidencial Manuel Adorni, incluye a cultivos clave como la soja, el trigo, el maíz y el girasol, y obliga a los exportadores a liquidar el 90% de las divisas en un plazo máximo de tres días hábiles.
En este contexto, la Casa Rosada busca desesperadamente acelerar el ingreso de dólares en un Banco Central que la semana pasada perdió más de 1.100 millones de sus reservas. El Gobierno espera que la medida provoque un “shock de liquidez” para contener la presión cambiaria y llegar con algo más de aire al tramo final de la campaña electoral.
No es casual:la eliminación temporaria de los derechos de exportación caduca justo después de los comicios, lo que permite al oficialismo mostrar gestos hacia el agro, al tiempo que evita asumir el costo fiscal de un cambio definitivo.
En julio, el Gobierno ya había dispuesto recortes parciales de alícuotas para granos y carnes, con la promesa de avanzar hacia la eliminación total en la medida en que se consolidara el superávit fiscal.
Hoy, en un contexto de reservas en caída y dólar paralelo en alza, la Casa Rosada opta por una medida urgente, que contradice su propio discurso de previsibilidad y reformas estructurales de largo plazo.
Reacciones de los pequeños productores
Aunque el anuncio fue recibido con entusiasmo en las grandes entidades agropecuarias, que históricamente reclaman el fin de las retenciones, su alcance real es limitado.
El sector exportador celebró la oportunidad, pero los productores pequeños y medianos advirtieron que la mayoría ya liquidó su cosecha y que el beneficio recaerá, una vez más, en quienes tienen la espalda financiera para retener granos y especular con los precios.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, calificó la medida como “muy positiva” pero exigió que no sea transitoria. Desde la Federación Agraria, en cambio, remarcaron que se trata de un alivio “para unos pocos” y que no otorga previsibilidad a quienes ya deben encarar nuevas siembras sin certidumbre sobre los costos impositivos.
Explican que el efecto inmediato podría ser mucho menor al esperado. Una parte de los granos ya fue liquidada y otra está comprometida con ventas anticipadas, lo que limita la capacidad de generar ingresos frescos en el corto plazo.
Más que un plan de desarrollo productivo, la medida aparece como un salvavidas electoral y financiero. El propio Adorni reconoció que eliminar las retenciones de forma permanente es una “obsesión” del Gobierno, pero que aún no existen condiciones fiscales para hacerlo.
En ese marco, la pregunta que se abre es si esta ventana de un mes será suficiente para estabilizar el mercado cambiario o si solo funcionará como un parche costoso y oportunista en la víspera de las urnas.
Pullaro y Scaglia, la opinión
Nosotros lo venimos reclamando desde el primer día de gestión.
Queremos que las retenciones se eliminen para siempre, no de manera transitoria, ni para sostener el tipo de cambio con fines electorales, ni para financiar fuga de capitales.
Necesitamos políticas que de verdad…
— Maximiliano Pullaro (@maxipullaro) September 22, 2025
𝐍𝐨𝐬 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞 𝐥𝐚 𝐟𝐚𝐥𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐯𝐢𝐬𝐢𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝. 𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐢 𝐬𝐞𝐦𝐛𝐫𝐚𝐫 𝐲 𝐜𝐨𝐬𝐞𝐜𝐡𝐚𝐫 𝐬𝐞 𝐫𝐞𝐬𝐨𝐥𝐯𝐢𝐞𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝟑𝟎 𝐝ía𝐬.
La baja de retenciones siempre es una buena noticia y una política que reclamamos desde el inicio de nuestro…
— Gisela Scaglia (@GiScaglia) September 22, 2025