Crecen las infecciones por sífilis en Argentina mientras Santa Fe muestra la primera baja en años

La sífilis volvió a colocarse en el centro de las alertas sanitarias del país. Los datos más recientes del Boletín Epidemiológico Nacional, que reúne la información de las primeras 44 semanas del año, muestran un incremento del 68% en los casos de la población general respecto de la mediana 2020–2024.

Según el informe, los registros pasaron de una mediana de 23.252 a 39.114 casos en 2025, lo que implica más de 16 mil diagnósticos adicionales. El aumento también se refleja entre las embarazadas: se notificaron 9.287 casos, un 10% más que en períodos previos.

La situación preocupa porque una infección no detectada durante la gestación puede transmitirse al bebé y provocar complicaciones severas, partos prematuros y muertes perinatales.

En contraste con este crecimiento, la sífilis congénita mostró un descenso del 13%, al bajar de una mediana de 978 a 850 casos. Sin embargo, el Ministerio de Salud advierte que las confirmaciones pueden demorar y que las cifras podrán modificarse a medida que avance el año.

Los especialistas señalan una combinación de factores que explican el avance de la infección: una disminución del uso del preservativo, una menor percepción del riesgo entre jóvenes y adultos, un descenso en la frecuencia de testeos y ciertas dificultades para sostener controles de salud sexual.

También remarcan el impacto de prácticas sin protección asociadas a encuentros casuales y aplicaciones de citas. En el caso de las embarazadas, además, influyen brechas en los controles prenatales y en la posibilidad de acceder a test y tratamientos de manera oportuna.

Santa Fe, la excepción

Mientras el panorama nacional se agrava, Santa Fe aparece como excepción. La provincia registra por primera vez en mucho tiempo una baja en los casos de sífilis: alrededor del 6% en comparación con el mismo período de 2024.

Así lo confirmó Facundo Peralta, director provincial de Salud Sexual Integral a diario El Litoral, quien consideró el dato “alentador”, aunque insistió en que el descenso no debe interpretarse como un punto de llegada. “No es momento de relajarse. Si se reducen los cuidados o el testeo, los números pueden volver a subir”, advirtió.

Peralta atribuye la disminución a políticas sostenidas de prevención, entre ellas la disponibilidad de test gratuitos y confidenciales en toda la provincia, el acceso garantizado a la penicilina en centros de salud y hospitales, y campañas permanentes que promueven el uso del preservativo.

También destaca el acompañamiento a parejas sexuales de personas diagnosticadas, una medida que ayuda a cortar cadenas de transmisión.

Control y detección

Uno de los desafíos centrales sigue siendo la detección temprana. La sífilis puede pasar inadvertida porque, en su fase inicial, provoca un chancro que no duele y que muchas personas no identifican como señal de alerta.

En etapas posteriores pueden aparecer manchas en la piel que suelen confundirse con alergias o irritaciones. En este sentido, la recomendación básica es realizarse un test al menos una vez al año, o inmediatamente después de cualquier práctica sexual sin preservativo. El estudio es rápido, gratuito y disponible sin turno.

Pese al avance nacional, la infección tiene cura mediante tratamiento con penicilina, aunque no genera inmunidad. Por eso, una persona puede volver a infectarse si mantiene prácticas sexuales sin protección.

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