Zanella cerró su fábrica de motos de Mar del Plata y anunció despidos en San Luis y Córdoba

La planta ensambladora de motos abrió en 2013 con 70 empleados y en 2015 impulsó el Z-Truck, el primer utilitario desarrollado en la ciudad. La caída de la producción, del 2016 en adelante, derivó en la confirmación del cierre de la empresa. Dejará de funcionar el 31 de julio.

Hace seis meses los medios marplatenses dieron a conocer la noticia de que la fábrica de Zanella en el Parque Industrial de Mar del Plata se perfilaba a cerrar sus puertas a raíz del desplome en la producción, producto de una abrupta caída en las ventas. Que la empresa bajara la persiana era algo impensado hace apenas seis años, cuando abrió con casi 70 trabajadores su planta ensambladora de motos en la ciudad y la proyección de alcanzar a sumar 300 empleados, además de pensar en fabricar utilitarios con mano de obra marplatense.

La apoderada legal de Zanella, Soledad Freire, confirmó días atrás a este medio que el 31 de julio dejará de funcionar la fábrica. “La caída de las ventas viene desde el año pasado. Esto hizo que el proyecto de Mar del Plata tenga que dar por finalizada esta etapa. Esperamos que en los próximos años podamos volver resurgir”, lamentó la abogada.

Un salto en el tiempo permite un contraste abrupto. Zanella desembarcó en noviembre de 2013 en la ciudad y se instaló dentro del Parque Industrial General Savio, de la mano de una fuerte inversión publicitaria para posicionar la marca.

En ese entonces, a través de la Oficina de Empleo Municipal se seleccionó a unos 35 trabajadores. La otra mitad fue contratada directamente por la empresa. Fuentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) confiaron que “cuando abrió Zanella tenía proyectada una planta con alrededor de 300 trabajadores”.

La misma apoderada legal de Zanella explicaba en 2013 que la empresa comenzaría a fabricar en la ciudad motos de 110 a 600 cilindros con distintos tipos de modelos para toda la familia. “Ya hemos producido casi 500 motos con una línea de 8 operarios. En breve podremos ver rodar estas motos por la ciudad y en los alrededores. En esta etapa inicial, estarán trabajando alrededor de 70 personas y, a medida que vayamos creciendo se va ir incrementando”, decía Soledad Freire, seis años atrás.

Menos de dos años después de la radicación de la empresa en Mar del Plaza, en septiembre de 2015 Zanella anunció que comenzaría a fabricar el Z-Truck, un pequeño vehículo de carga con capacidad para 800 kilos y cuatro ruedas.

La novedad constituía una fuerte satisfacción, ya que hasta ese momento Zanella importaba utilitarios similares desde China, vehículo que proporcionó el diseño y parte de la matricería del Z-Truck.

En aquel entonces la empresa comunicó que el 40% de sus piezas serían nacionales y que para lograrlo, se había realizado una inversión de casi 18 millones de dólares.

El utilitario con una caja de 2,6 metros saldría al mercado con un valor de venta de 150 mil pesos, un motor naftero 1.0 y una velocidad máxima de 110 kilómetros por hora. Zanella pretendía producir 3.600 unidades anuales.

El anuncio se realizó en la ciudad dentro del Parque Industrial con la presencia de Walter Steiner, presidente de la automotriz, y del exintendete Gustavo Pulti, quien incluso llegó a proponer que el nombre del vehículo fuera “El Marplatense”, aunque la idea no prosperó.

La ilusión, sin embargo, quedó estancada. Las dificultades económicas volvieron inviables las posibilidades de expandir la planta y lograr contratar a la cantidad de personal que se había proyectado inicialmente.

En caída desde 2016

Durante los últimos tres años, aunque con mayor énfasis desde 2018, la caída del consumo de motos de Zanella obligó a la empresa a disminuir progresivamente su producción en la fábrica.

En julio del 2018 se encendió la primera luz de alarma. Zanella anunció la suspensión de 75 trabajadores por un período de 60 días. En los meses anteriores, se habían producido 16 despidos.

El 2019 comenzó con alerta roja y desde la UOM anticiparon a LA CAPITAL que la empresa iba “camino al cierre”. A la espera de lo que sucediera, el gremio y la firma rubricaron un acuerdo para evitar más despidos hasta el 31 marzo, el cual fue respetado.

Pero a partir de allí, ya con solo unos 30 empleados, la incertidumbre fue llenándose de despidos a base de una producción paralizada.

En abril, el panorama empeoró. “El nivel de producción es ínfimo pero la incertidumbre es enorme: los trabajadores no saben si van a seguir en sus puestos al día siguiente; es terrible”, reconocían desde el sindicato.

Con el correr de los meses, el mercado no se reactivó, la producción se congeló y de ahí en más, todo fue cuestión de tiempo. “Era un final inesperado”, reconoció el dirigente metalúrgico al confirmarle el viernes pasado a LA CAPITAL la decisión de Zanella de cerrar sus puertas en Mar del Plata, mientras -todavía- se busca reubicar a sus últimos seis trabajadores.

— Despiden a la mitad del plantel en San Luis

En simultáneo a anunciar su cierre en Mar del Plata, Zanella despidió a más de 45 trabajadores en San Luis, de su plantel compuesto por 104 operarios, a pesar de que delegados gremiales dicen haber llegado a un acuerdo para “no despedir personal”.

La fábrica funciona en el parque Norte de la capital puntana, se dedica al ensamble de componentes importados y el sábado los trabajadores con más de 15 años de antigüedad recibieron su telegrama de despido con la decisión de la patronal de cesantear más de la mitad de su dotación.

El delegado de los trabajadores, Gustavo Lucero, sostuvo que la empresa “no quiere dialogar” y que la medida es inapropiada porque no respeta un acuerdo que se hizo con los trabajadores de “no despedir, no incorporar gente y no habilitar horas extras”.

El trabajador aclaró que están cobrando su sueldo “fraccionado”, la quincena no se cobra normalmente y no saben qué pasará con “el aguinaldo”, y recordó que por el acuerdo realizado con la empresa “sólo trabajan 12 días al mes”.

Hoy tendrá lugar un pedido de conciliación obligatoria que luego del rechazo del proceso preventivo de crisis (PPC) presentado por la empresa ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, constituye una última instancia para intentar negociar la reincorporación de los despedidos o su indemnización legal.