«Voy a arrancar muy fuerte con la reforma de la Constitución»

A 7 meses de haber asumido la Gobernación, y pese a los cortocircuitos, el mandatario considera que estableció una «muy buena relación» con Macri. Quiere que Santa Fe tenga voto electrónico en los próximos comicios.

Miguel Lifschitz está decidido a avanzar a fondo con la reforma constitucional y asegura que Santa Fe también va camino al voto electrónico. En una entrevista a fondo, el gobernador traza una mirada optimista sobre el futuro del país, no se muestra sorprendido por el derrumbe del kirchnerismo y mensura un primer balance semestral sobre la marcha de su gestión en la provincia.

«Estoy muy conforme con lo que hicimos», suelta Lifschitz, aunque revela que hay cosas que aún quedan por anunciar y poner en práctica, sobre todo en materia de seguridad.

—¿En qué punto está la reforma política? La boleta única es un gran avance pero el gobierno nacional quiere, además, ir hacia el voto electrónico. ¿Santa Fe también o por una cuestión de costos se postergará?

—Compartimos lo que elevó al Congreso el gobierno nacional, en Santa Fe mucho de eso ya está vigente. Tengo intenciones de avanzar con un sistema de boleta única digital, y si se aprueba lo nacional nos vamos a enganchar para el financiamiento. Tiene una inversión inicial un poco costosa, pero después se amortiza. Pero voy a avanzar en ese terreno. Espero la definición nacional. El sistema que se propone ofrece todas las garantías.

—¿Sigue adelante la idea suya de reformar la Constitución?

—Sí, absolutamente. Voy a arrancar fuertemente después de las vacaciones de julio con la reforma de la Constitución.

—¿Con qué temas, puntualmente?

—Se organizarán actividades, convocatorias a especialistas y poniendo el tema en agenda. Empezando a avanzar en concreto con el diálogo con las otras fuerzas. Le adelanto que en las conversaciones que hemos tenido con los legisladores, en la mayoría hubo una mirada positiva, por primera vez. Recuerdo que en ocasiones anteriores siempre había un partido que decía estar en desacuerdo. Ahora nadie está en desacuerdo, aunque hay miradas. Algunos tienen ideas de tiempo más breve, más rápido o más largo, pero hay consenso.

—Menos en un sector del socialismo, ahí está bravo.

—No, siempre hemos sido reformistas y no podemos dejar de serlo ahora. No puede haber un solo socialista que no esté de acuerdo.

—Pero ya dijo Galassi y Bonfatti lo insinuó que el gobernador en funciones se tiene que abstener de la reelección.

—Eso presumiendo que hubiera reelección. Nadie aventuró esa posición. Podría ser que hubiera consenso para mantener todo cómo está.

—¿Usted quiere que haya reelección?

—No tengo opinión formada. Una reelección es una buena receta que funciona en el país y en otros lugares. Cuatro años sin reelección también es una buena receta, tiene otras ventajas. La desventaja es que el tiempo es muy corto y el famoso tema del «pato rengo».

—Por eso usted no va a decir: «Me abstengo de ir por la reelección».

—(Silencio). Obliga a una renovación permanente de los partidos que no haya reelección. No haría eje en ese tema y avanzaría en otros, que son los más importantes.

—Pero si se aprueba la reelección, usted va a ir por otro mandato. ¿O no?

—No tengo nada pensado. A 6 meses de iniciar una gestión estoy concentrado en otra cosa. Es como si uno le pregunta a un futbolista a los 10 minutos del partido si piensa ganarlo. Después se verá, ¿no?

—No lo veo por ahora diciendo «me bajo». Incluso su vicegobernador dijo que tal vez habría que impedir la posibilidad de reelección suya y del que lo suceda…

—Puede ser una buena alternativa, para evitar que los actores que discuten la reelección la puedan utilizar. O que valga para todos. Cada vez que hacemos eje en ese tema terminamos invalidando seguir avanzando. Lo dejaría para el final.

—Es bamboleante su relación con el gobierno nacional. En el PRO local dicen que es más duro que Alicia Kirchner, pero muchas veces tiene una visión contemporizadora. ¿Están arrojando leña al fuego desde Santa Fe?

—Algo de eso hay, sobre todo en los actores externos al Frente Progresista, que tratan de sembrar cizaña y de mostrarnos como opositores a todo, cosa que no es cierto. No fuimos ni vamos a ser obsecuentes, aunque hay gobernadores que no tienen problema: eran obsecuentes antes y cambiaron rápidamente de camiseta. Son incoherentes políticos. Mantendré alguna posición crítica en determinadas cuestiones, pero acompañamos proyectos muy importantes. Tendremos una relación respetuosa, cordial, de trabajo y coordinación. Siempre encontrarán en mí un opositor leal y respetuoso, gente con la que se puede trabajar.

—Bonfatti dijo que el Frente Progresista se va a mantener íntegro en 2017…

—Estoy convencido de que vamos a mantener el Frente Progresista. Todos los dirigentes, salvo algunos personajes marginales, lo han dicho con claridad. Lo dijeron Galdeano y Corral, inclusive.

—¿Le sorprende ver a Stolbizer con Massa?

—Sí, me sorprende. Siempre es bueno buscar espacios comunes, sobre todo cuando hay un escenario de polarización tan fuerte entre el gobierno y el kirchnerismo. Deberíamos consolidar un espacio intermedio. Yo también tengo una buena relación con Massa. Nuestra idea es construir nacionalmente un frente con perfil más asociado a nuestra historia. El kirchnerismo degradó la palabra «progresista», pero aspiramos a mantener un espacio que no está alineado con el gobierno nacional.

—¿Y el derrumbe tan estrepitoso del kirchnerismo?

—No. Era un proyecto políticamente agotado desde hace tiempo. Los episodios de corrupción aceleran el proceso.

—¿Qué calificación le pone a Macri?

—Es difícil. El gobierno arrancó sin calentamiento previo, ganaron y se hicieron cargo del gobierno. Agarraron una realidad muy complicada porque el kirchnerismo no se la dejó fácil. Hubo medidas correctas, errores —como ajustes tarifarios— y cosas que no compartimos en absoluto como eliminarles las retenciones a las mineras. Pero al mismo tiempo, coincidimos en la restitución del 15 por ciento a las provincias, resuelto el tema de jubilados o ampliar la AUH. No es un gobierno clásicamente neoliberal, porque va y viene y tiene medidas pragmáticas. Es un proyecto que deja afuera a mucho y la sociedad lo va a cobrar. Hay argumentos para los dos lados. Institucionalmente hay un cambio superador.

—¿Estamos mal pero vamos bien?

—No creo que estemos mal, por lo menos si se compara con otros tiempos. Estamos con problemas, pero el país está en condiciones de recuperarse. Se están mejorando los commodities y eso tira para arriba la economía de nuestra región. Lo que más le reclamamos al gobierno es atender el tema social, las economías regionales, las pymes. A esa problemática no la resolvió el gobierno anterior, pero en estos meses se agravó.

—¿Está lejos o cerca este primer semestre de lo que prometió en la campaña?

—Estoy muy conforme con lo que hicimos. Hemos puesto en marcha obras por 4 mil millones de pesos, que no tiene antecedentes en las últimas décadas en la provincia y estamos apurando el ritmo para ejecutar el presupuesto y poder ejecutar los 7.500 millones de pesos que autorizó la Legislatura a la hora de tomar deuda. Es también un triunfo político, porque hace muchos años que no se autoriza un dinero de esa magnitud. Fue por unanimidad, y es una muestra de confianza.

   —¿Y en lo político se va consolidando su liderazgo?

   —Establecimos una muy buena relación con el gobierno nacional, con sus más y sus menos. Hay ministros con los que tenemos trato más fluido que con otros pero, en líneas generales, es una buena relación.

   —¿Es mejor la relación con el gobierno de Macri que con el de Cristina?

   — Si lo comparo con los últimos 4 años de Cristina al frente del Ejecutivo sí, sin dudas. En lo institucional, con la posibilidad de discutir los temas y en lo concreto, hay muchas iniciativas que se empiezan a concretar. Ojalá se profundice la relación.

  —¿Y su relación con los intendentes cómo es?

   —Yo establecí una excelente relación con los intendentes y presidentes de comuna. No hay demandas que no estemos atendiendo. Ha sido un muy buen semestre, y ojalá el que viene sea mejor.

   —Muchos rosarinos dicen: Lifschitz prometió un plan de seguridad en la campaña y no se ve en la práctica…

   —Hay gran cantidad de iniciativas que se están llevando adelante y que son parte de un plan. No lo presenté integralmente porque no quería hacer algo teórico, sino una presentación asentada sobre el conocimiento de la situación. Probablemente lo presente en el curso de los próximos 30 días. Tengo un plan, tengo objetivos claros para la policía, para la Justicia y, fundamentalmente, para enfrentar el narcotráfico, que es un meta fenómeno complejo con manifestaciones locales pero con conexiones nacionales y del exterior. Ahí necesitamos trabajo coordinado con Nación y otras provincias.

   —Si bien el narcotráfico sigue siendo un tema espeso, ahora la demanda está más vinculada a solucionar cuestiones de inseguridad ligada al delito común. Por ejemplo, las entraderas.

   —El dato más impactante de lo que ocurre en Rosario y en la ciudad de Santa Fe tiene que ver con el nivel de homicidios, de muertes violentas asociadas a enfrentamientos entre grupos, ajustes de cuentas. En materia de datos sobre entraderas, robos y arrebatos los datos son positivos, porque hemos venido trabajando eso. Hay desplazamientos de los delitos, pero la situación, aunque todavía preocupante, es mejor que la del año pasado. Vamos a modificar la estructura policial en el territorio: saldremos del viejo sistema de las comisarías y el comando radioeléctrico para ir a un sistema de cuadrantes, similar al que tienen los Carabineros en Chile. Hace un mes atrás un grupo de jefes policiales estuvo en Chile junto al ministro del área.

   —¿Y en qué se va a notar esta modificación?

   —En una mayor presencia y respuesta en cada barrio. Pero le digo una cosa: de 45 móviles policiales, promedio, que teníamos en circulación, pasamos a 150. Están los móviles en forma permanente, las 24 horas, y esto se reconoce. Son pequeños avances, hay mucho por hacer, se avanzan dos pasos y se retrocede uno, pero vamos en un sentido positivo. Vamos a incorporar móviles con más tecnología y en septiembre pondré en marcha un centro de inteligencia y manejo de la información que será el más moderno del país.

   —Hay un Rosario céntrica diurna que está activa, rugiente, pero hay una realidad nocturna de calles vacías, desoladas. Eso genera preocupación de los vecinos. ¿Tiene usted un plan para modificarlo?

   —Sí, estamos trabajando con la Municipalidad ese tema. La base de este plan es la seguridad pública de día y de noche en la zona céntrica, es un paso importante, pero necesitamos recuperar la actividad comercial, de bares, restaurantes, la vida nocturna. Es un esfuerzo compartido. Rosario es diferente a muchas otras ciudades del mundo que tienen un centro sólo comercial o de oficinas. Vamos a apostar al centro. La Municipalidad está haciendo y hará inversiones en iluminación, mejoramiento de verdad y, nosotros, vamos a invertir mucho en seguridad para toda la zona del centro.

La Capital