General Motors suspende a 350 personas

El titular de Smata Rosario confirmó la decisión de la empresa y estimó que será desde la semana próxima. La recesión en Brasil afectó la producción. El Ministro de Producción criticó con fuerza al intendente José Corral por haber dicho que «estaban tomando gente por la reactivación».

La automotriz General Motors (GM) decidió suspender a unos 350 trabajadores de su planta de General Alvear por el término de nueve meses a partir de la semana próxima y el destino de esos operarios dependerá «de la esperada reactivación de la economía». Así lo confirmó ayer el secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines (Smata) Rosario, Marcelo Barros, quien aclaró que los términos y condiciones de esta medida «todavía se están definiendo» en el marco de una negociación con la empresa que transcurrirá durante estos días. Desde la compañía confirmaron ayer a ♫La□Capital de la existencia de estas tratativas con el sindicato, aunque aclararon que «aún no están concluidas», pero desistieron de dar mayores precisiones.

La recesión en Brasil, principal destino de las exportaciones argentinas, es la causa fundamental de la crítica situación que pone en jaque no sólo a la planta ubicada en el Gran Rosario sino a otras como Volkswagen, que ayer anunció la suspensión de 600 trabajadores en su planta de General Pacheco por 30 días (ver aparte).

«En principio iban a ser 400 despidos, pero logramos un acuerdo para que se transformen en suspensiones por nueve meses y achicar esa cifra a 350 trabajadores», dijo Barros, y precisó que recién la semana que viene habrá novedades concretas sobre la modalidad de la medida, fundamentalmente los aspectos vinculados con el cobro de los salarios.

La empresa, que hoy emplea a 2.300 trabajadores, pretendía un recorte salarial en etapas para los suspendidos. Según trascendió pretendía abonar el 85 por ciento de los sueldos durante los primeros tres meses, el 65 por ciento, los tres meses siguientes y finalmente un 55 por ciento.

Al respecto, Barros evitó dar precisiones y sólo argumentó que la exigencia del gremio es que en la primera etapa «no sea menor al 80 por ciento del sueldo de bolsillo». Al resto de los términos «los estamos discutiendo en reuniones, pero todavía no hemos cerrado nada porque estamos viendo qué podemos solucionar para que la gente no sea despedida», dijo ayer el titular de Smata Rosario aunque no descartó que más adelante la automotriz abra un proceso de retiros voluntarios que hasta ahora no está contemplada y que sí fue implementada en otras automotrices, como VW.

«Nuestro objetivo es mantener las fuentes de trabajo. El Classic y el Agile no se fabrican más desde el año pasado: de 17 (autos por hora) se fue a 15 gracias al nuevo auto que se fabrica, que es el Cruze II. Si bajaba a 13, quedaba un solo turno y nosotros luchamos para que al menos queden dos», detalló Barros, y agregó que la situación se agrava porque «dependemos de Brasil, y cayó la exportación a ese mercado».

El fantasma de Brasil

Si bien Brasil es el socio comercial por excelencia de Argentina, en 2016 «el intercambio de bienes sumó 22.506 millones de dólares, alcanzando el nivel más bajo de los últimos diez años», indicó un informe de la consultora Abeceb.

También detalló que, en enero último el saldo comercial entre ambos socios del Mercosur registró un nuevo aumento en el déficit bilateral, alcanzando 356 millones de dólares, el mayor rojo para un mes de enero en más de 16 años.

«De esta manera, el déficit en enero genera preocupación respecto al creciente desbalance del comercio bilateral, en particular en el sector automotriz», indicó la consultora, puntualmente porque en la actualidad el 40 por ciento de las exportaciones industriales argentinas se destina a Brasil, y de ese total el 57,3 por ciento son vehículos.

En mayo del año pasado —en oportunidad del lanzamiento del nuevo modelo, el Cruze II, que se fabrica en Alvear— el actual presidente de GM Mercosur, Carlos Zarlenga, señaló que «el mercado brasileño es fundamental» para la plataforma nacional. «Desde el punto de vista de la Argentina, es fundamental ver qué ocurre allá», dijo el ejecutivo.

Consultado por el mercado laboral en la automotriz, Zarlenga aseguraba entonces que «la generación de empleo depende de dos cosas: del éxito del producto —que no tenemos duda que va a ser exitoso— y del mercado brasileño». Corroboraba así la fuerte dependencia que la terminal de Alvear tiene con ese mercado.

«Esperemos que esto se revierta en nueve meses, que haya una luz en el camino», dijo ayer Barros y señaló que «si no hay reactivación, no sé qué va a pasar en el país».

«Yo lo escucho al presidente (Mauricio) Macri decir que se va a fabricar un millón de autos y no sé quién los va hacer… a lo mejor los trae de China», ironizó el dirigente.

parate. GM Rosario, la terminal ubicada en General Alvear, comenzaría la semana próxima con las suspensiones.