Miles de católicos iniciaron sus trámites de apostasía

Se trata de la segunda campaña lanzada por las redes sociales, en el marco del descontento por la ley que se frenó en el Congreso.

«Apostatar: abandonar públicamente su religión», explica el diccionario de la Real Academia Española. El término cobró fuerza en las últimas semanas durante el encendido debate por la ley de interrupción voluntaria del embarazo, que se cayó en el Senado tras lograr la media sanción en Diputados.

Y es que numerosos católicos decidieron romper con la Iglesia Católica tras su enérgica defensa a la vida y su rechazo a comprender la situación de miles de mujeres de bajos recursos que fallecen por practicarse un aborto clandestino, o bien terminan presas si las descubren.

Este sábado se llevó adelante en el centro porteño la segunda jornada de Apostasías Colectivas. La primera fue el 8 de agosto, el día que se debatía el aborto en el Senado. Aquella vez, 2.500 personas apostataron en todo el país (1.200 de la ciudad de Buenos Aires). Hoy, según consigna el diario Clarín, fueron muchas más. Ocurre que la campaña se hizo fuerte en las redes sociales y hay varios sitios proponiendo apostasías colectivas y el uso de pañuelos «naranjas» y «negros» con el lema «Iglesia, Estado, asuntos separados».

La convocatoria fue en la esquina de Corrientes y Callao, y durante toda la tarde la gente hizo fila para realizar el trámite de apostasía. En la primera hora, más de 200 personas entregaron sus papeles a la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL), la organizadora de la actividad.

La Iglesia Católica salió a aclarar que no existe trámite que permita anular la condición de católico dada en el bautismo. La doctrina establece que el bautismo «establece una alianza irrevocable» y que el ritual «imprime en el cristiano un sello espiritual indeleble».

Fernando Lozada, de la Coalición, explicó por su parte al diario que apostatar colectivamente «es un acto político, es decirle a la Iglesia que no queremos que se metan en nuestras decisiones, en nuestros cuerpos, y es decirle al Estado que la Iglesia no habla en nuestro nombre, que legislen por fuera de las creencias y las presiones de la Iglesia».

Las apostasías de todo el país serán entregadas el viernes en la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).