«El país no soporta cuatro años más de Macri como presidente»

Felipe Solá nació el 23 de julio de 1950. Lleva treinta años ininterrumpidos en el ejercicio de la función pública. Fue gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 2002 y 2007 y es diputado nacional.

«Peronismo, pampa y peligro». Así se llama el libro que Felipe Solá publicó y vino a presentar a Rosario. La oportunidad le sirve al ex gobernador bonaerense para correr el telón hacia afuera y dejar observar, por medio de su narración, momentos cruciales y divertidos de su extensa carrera política. No exenta de garrochazos, claro.

Pero, así como va dejando señuelos de su pasado político, anécdotas de peronismo puro y duro, el actual diputado nacional se muestra definido y convencido de que la oposición debe derrotar a Mauricio Macri en las elecciones de 2019. Así se lo dijo el martes pasado a Cristina Kirchner. Solá quiere ser una especie de cardenal Samoré del peronismo. Negociar, consensuar y proponer que los archipiélagos, al fin, se conviertan en un territorio ampliado.

«Deberían tener conciencia de que cualquier intento de hacer un segundo peronismo es poner al país en riesgo de cuatro años más de Macri. El país no soporta cuatro años más de Macri», suelta en medio de su conversación con La Capital.

—Ya tuvo un hijo, plantó un árbol y escribió un libro. ¿Le falta ser presidente?

—El dicho paraba ahí. Se le ocurrió el libro a Martín Sivak (escritor y periodista). Quieren un «long seller»: no importa que se venda al principio, lo trascendente es que pueda utilizarse como fuente de consulta en el futuro. Lo importante es decir la verdad, no como el dicho que hay en la política americana: todo candidato quisiera haber nacido en una casa de troncos.

—¿Hay algún paralelismo de época entre lo que usted vivencia en el libro y la actualidad?

—La crisis actual y la llegada de fin de año nos hacen acordar al 2001. Pero las circunstancias actuales son diferentes. Hoy en los barrios hay organización política y social, aunque hay una cara negativa con el corte de calles y todo eso. Lo bueno es que no hay saqueos y se contiene la violencia social.

—Está escrito en el libro que Duhalde le ofreció ser candidato a presidente en 2002 y usted no quiso.

—Es verdad. Le voy a decir la verdad: soy muy desconfiado. Yo hacía un año que era gobernador, y en una reunión con Atanasoff, Arcuri y otros, Duhalde empezó: «¿Quien quiere ser candidato a presidente? ¿Vos, vos, vos, y vos Felipe? Le dije ahí que «así, no». Esa fue una. Y después me puse conspirativo y pensé que me querían sacar de la provincia. La tomé por la mala. A la oportunidad la pintan calva. La actitud de Néstor Kirchner debe haber sido diferente, debe haber dicho: «Sí, sí, sí quiero». Kirchner me dijo a mí: «Ya le dije a Duhalde que a Chiche se la meta en el culo». Yo no le podía decir una cosa así a Duhalde. Y Kirchner, en diciembre, vino a una reunión en Olivos, molesto porque le decían que era el lobbista de las petroleras. Empezó a darse máquina contra Duhalde, el presidente, y le gritó mal. Duhalde se calentó y le devolvió las puteadas. Terminaron reunidos aparte. Kirchner arriesgó todo. Era necesario eso, no un hijo de Duhalde.

—Lo mismo pensaba Reutemann.

—Supongo que sí, pero Reutemann es un poquito más cagón que yo. Yo soy cagón, pero él es más cagón. Le pregunté a Kirchner: «Yo mido mejor que vos, ¿no te bajarías?». Había tres peronismos: Menem, Rodríguez Saá y Kirchner. Menem ganaba seguro, y el que salía segundo era presidente. Eran las dos únicas seguridades que teníamos. Kirchner me dijo: «Felipe, yo no me bajo ni en pedo». Y tenía 2 por ciento de intención de voto. Entonces yo pensé que si éramos cuatro nos robábamos los votos entre nosotros, y estaba López Murphy. Si López Murphy era segundo, Menem no le podía ganar. Era presidente López Murphy y teníamos guerra civil.

—¿Ahora tiene esa voluntad de ser candidato?

—Sí, tengo seguridad. Siento que lo puedo hacer mejor que el otro. No hay que ir cuando uno cree que otro lo puede dominar, que le puede ganar.

—¿Iría a una interna con Cristina?

—Sí, sería muy saludable.

—De su reunión con Cristina, se lleva la idea de que ella va a competir o que no.

—Tuve dos reuniones, el martes pasado tuve la segunda. Volví a no preguntarle si va a ser candidata. Sería como preguntarle a un tipo casado si tiene novia o no. Salvo que sean muy amigos, no hay que preguntar eso. Le dije a Cristina que yo consideraba que era importante mantener mi candidatura y no que tuviéramos todos que ir a menos. Me dijo que estaba de acuerdo. Le dije también que desde la crisis salían vientos anticiclónicos que iban hacia ella. Y ella me dijo: «Nunca nadie usó la meteorología para explicarme algo de política». En la reunión del PJ del miércoles pasado se demostró que hay una gran idea de unidad. No escuché ahí ninguna zoncera. El Chivo Rossi me dijo: «Debe ser por el miedo».

—Pero Pichetto, Schiaretti y Urtubey prefieren la reelección de Macri a una victoria de Cristina. ¿De qué unidad está hablando?

—Debemos terminar en una interna posible, nunca más de tres. Deberían tener conciencia de que cualquier intento de hacer un segundo peronismo es poner al país en riesgo de cuatro años más de Macri. El país no soporta cuatro años más de Macri. Apenas sabemos si llegaremos a fin de año, porque este año termina con 53 por ciento de inflación, con un nivel de endeudamiento de 356 mil millones.

—¿Y a Massa dónde lo ubica?

—Lo hemos invitado a participar de la unidad. Y da la impresión de que aceptó. Yo salí de ahí porque Massa no podía aceptar la unidad del peronismo, pero ahora está diciendo lo mismo que yo. Massa tiene que estar adentro.

—¿Hay posibilidades de que el socialismo santafesino forme parte de un acuerdo? Massa se reunió con Lifschitz y Bonfatti.

—No. Hay reuniones que son para la foto, para salir en los diarios al otro día. A Massa lo conozco: inventó esa reunión con los socialistas porque ese día la única foto era de los que nos íbamos de su bloque de diputados. Creo que el socialismo está circunscripto a la provincia de Santa Fe, no tiene capacidad para tener posturas nacionales fuertes a la hora de las elecciones. La única postura fuerte que hay que tener es ser parte de la oposición. El socialismo va a elecciones en junio, en Santa Fe, y veremos luego qué hace. Espero que se den cuenta de que no tiene más sentido ser liberal de izquierda para terminar con Macri. Creo que en Santa Fe va a ganar el peronismo.