Gremios sostienen la cláusula gatillo y complican al Gobierno

Los acuerdos de Sanidad y Smata aplicaron la actualización automática sobre la base de la inflación del último trimestre de 2019.

 

La cláusula gatillo goza de buena salud entre los sindicatos más importantes a pesar de los intentos del Gobierno por evitar su aplicación en las paritarias de este año. Ese mecanismo quedó consagrado en las negociaciones salariales del gremio de Sanidad, que encabeza el cotitular de la CGT Héctor Daer, en laboratorios y droguerías, y del sindicato de mecánicos (Smata) en todas sus actividades. Ambas organizaciones convalidaron su uso para cerrar las discusiones de 2019 y se aseguraron su continuidad por este año.

 

En los dos casos los debates se dieron en la más estricta reserva y bajo un pedido expreso del Ejecutivo de no dar a publicidad las pautas consensuadas. Sendos acuerdos fijaron subas de más de 11% equivalentes a la inflación acumulada en el último trimestre de 2019 y con aplicación sobre los sueldos de enero que se pagan este mes. También incluyeron la absorción del decreto firmado por Alberto Fernández que estableció un incremento remunerativo de $4.000 para todos los trabajadores del sector privado.

Se trata de más gremios que pactan aumentos porcentuales a contramano de la intención oficial de extender el criterio de sumas fijas al primer tramo de las paritarias 2020. Como adelantó este diario, la semana pasada ya lo había hecho el sindicato de empleados de clubes y entidades civiles (Utedyc), que acordó una suba de 20% por los primeros siete meses de este año. La diferencia es que mientras Utedyc declaró absorbido el ajuste contemplado en el Decreto 14/2020 en los aumentos de este año, Sanidad y Smata lo incorporaron a sus cláusulas gatillo de 2019.

 

El acuerdo de Sanidad con las cámaras de laboratorios y droguerías (Cilfa, Caeme, Cooperala y Caprove) estableció un aumento salarial de 11,7% desde el 1 de enero. El porcentaje equipara (y supera por décimas) la inflación acumulada del último trimestre de 2019, que fue de 11,3%, y deja a salvo el poder adquisitivo de los operarios del rubro más dinámico del convenio colectivo 42/89. Es la rama industrial de Sanidad, que sin embargo tiene el grueso de sus afiliados en el segmento asistencial (hospitales, sanatorios, centros de internación).

 

Un ítem no incluido en el acta a la que tuvo acceso este diario pero que fue confirmado por los negociadores fue el compromiso de sostener durante este año la vigencia de la actualización automática de los salarios a trimestre vencido, es decir, la cláusula gatillo que resiste el Gobierno. El convenio también actualizó dos montos no remunerativos que se pagan todos los años: un bono vacacional, que subirá a 7.754,46 pesos, y un pago a cargo de las empresas que no cuenten con salas maternales en sus instalaciones que deberá ser de $ 11.692,40 mensuales a mujeres empleadas por cada hijo menor de 5 años.

 

Para el sindicato de Daer el convenio en los laboratorios es de referencia para el resto de sus actividades, pero con la salvedad de que resulta de difícil aplicación en el segmento asistencial. De hecho las clínicas y sanatorios avisaron en los últimos días que no cumplirán con el pago de los $4.000 del decreto presidencial, incluso con una paritaria 2019 que cerró con una suba de 32% y aguarda por una revisión en febrero para acercarse a la inflación acumulada en el plazo de vigencia.

 

En tanto que el Smata de Ricardo Pignanelli, también en silencio, convalidó en los últimos días el mecanismo que utiliza desde hace años para los operarios de las terminales automotrices: al cierre de cada trimestre aplica en los sueldos un incremento similar al de la variación de la canasta básica. En las automotrices confirmaron que la suba fue de 11,55 por ciento y que ese valor absorbió los $ 4.000 del decreto del Gobierno. Al igual que Sanidad, el gremio de los mecánicos suele encontrar mayores dificultades en replicar ese modelo de aumento en el resto de sus actividades. De hecho en el convenio vigente en los talleres de las concesionarias (Acara) la suba trimestral que rige desde el 1 de enero fue de 9%.

 

En el Ejecutivo esperaban una mayor adhesión a su propuesta de sostenimiento de los aumentos en suma fija en espejo con el ajuste pautado en el decreto. Sobre todo por la declamada fe oficialista de la inmensa mayoría de gremios que integran la CGT. Una reunión de la “mesa chica” de la central, la semana pasada, terminó con una declaración a favor de las paritarias libres que se interpretó como un freno a esa pretensión. De todos modos, los funcionarios advierten que la expectativa mayor pasa por la definición en el sindicato de Comercio, que con 1,2 millón de empleados involucrados, representa la negociación más amplia de todo el sector privado.

 

El otro foco de atención será Camioneros, de Hugo Moyano, con su debate pendiente por el segundo tramo de su paritaria: la primera parte, que correspondió al segundo semestre de 2019, pautó una suba de 23% y el sindicato reclamó otro 33% para los primeros seis meses de este año. La discusión se reanudará mañana.