Este jueves 26 de junio las universidades nacionales de todo el país volverán a movilizarse en defensa de la educación pública. La jornada, que tendrá su epicentro en múltiples ciudades argentinas, coincidirá con el inicio de un paro de 48 horas convocado por los gremios docentes universitarios, en reclamo de una ley de financiamiento que permita sostener salarios dignos, infraestructura y calidad educativa.
En la ciudad de Santa Fe, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) será protagonista de dos actividades que expresan el malestar creciente en el ámbito académico.
A las 12.30, la institución junto a la Federación Universitaria del Litoral (FUL) realizará una concentración frente al Rectorado —en Bulevar Pellegrini 2750— en la capital, donde se recolectarán firmas en apoyo al proyecto de ley presentado en el Congreso el pasado 28 de mayo. La convocatoria se enmarca en la campaña nacional “Un millón de firmas por la universidad pública”.
Por la tarde, los gremios Adul (docentes) y Apul (no docentes) se concentrarán a las 17.30 en El Molino (Bulevar Gálvez y Pedro Vittori) para dar inicio a una marcha de antorchas que partirá a las 18.30 rumbo al Rectorado. Si bien se trata de acciones inicialmente separadas, los sindicatos confirmaron que también participarán de la movida del mediodía.
Un reclamo que se extiende por todo el país
La jornada de protesta fue anunciada en conferencia de prensa por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el Frente Sindical de Universidades Nacionales y la Federación Universitaria Argentina (FUA).
El objetivo: exigir al Congreso la pronta aprobación del proyecto de ley de financiamiento universitario, cuya discusión está prevista en una sesión especial el próximo 2 de julio.
El presidente del CIN, Oscar Alpa, advirtió que el sistema universitario atraviesa una crisis estructural agravada por la inflación, los recortes y la falta de respuesta del gobierno nacional. “Si esto no se modifica, habrá dificultades reales para seguir funcionando”, aseguró. También denunció la paralización de obras, la falta de actualización en becas estudiantiles y el ahogo presupuestario en el sistema científico.
“Están en juego la continuidad de las universidades, los salarios docentes y no docentes, la asistencia a los estudiantes y el futuro de la ciencia argentina. Todo eso está contemplado en la ley que pedimos que se apruebe”, señaló Alpa.
Renuncias, licencias y una “sangría” de recursos humanos en la UNL
El reclamo por mayor financiamiento no es abstracto. Según datos oficiales de la UNL, entre enero de 2024 y mayo de 2025 se registraron 177 bajas en la planta docente: 151 renuncias y 26 licencias sin goce de haberes.
Lo más preocupante es el perfil etario de quienes se van: el 81% tiene menos de 50 años, lo que implica una pérdida sensible de docentes con formación, experiencia y proyección en la carrera universitaria.
El rector de la UNL, Enrique Mammarella, explicó que esta situación ya impacta en la calidad educativa. “Formar un docente o un investigador de alto nivel lleva una década. Lo que estamos perdiendo es muy difícil de recuperar”, advirtió.
Entre los factores que explican las desvinculaciones, destacó la caída del salario real —los docentes perdieron un 35% de su poder adquisitivo en el último año y medio— y la necesidad creciente de pluriempleo, que limita las posibilidades de formación y dedicación académica.
Además, en ese mismo período se sumaron 103 jubilaciones, lo que eleva la pérdida total de personal docente a casi el 7,5% de la planta en apenas 17 meses.
El impacto del paro
El paro de 48 horas convocado por Conadu y Conadu Histórica se da en plena semana de exámenes, por lo que tendrá un fuerte impacto en el desarrollo académico. Las autoridades de la UNL reconocieron que la medida se sentirá especialmente en aquellas unidades académicas con mayor número de renuncias y docentes sobrecargados. Por su parte, el gremio no docente Apul no convocó a paro, aunque sí participará de las movilizaciones.