Santa Fe considera inoportuno encarar ahora una reforma de las Paso

Tras desestimar un problemas de costos, advierten sobre el riesgo de desalentar la participación ciudadana en los comicios.

El gobierno santafesino consideró ayer inoportuna la apertura de un debate sobre la utilidad de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (Paso), instancia fogoneada días atrás por la Casa Rosada. Incluso, en la administración de Miguel Lifschitz advirtieron que esa sugerencia puede «desalentar» la participación ciudadana en los comicios, al tiempo que recordaron que en la provincia el sistema suplantó «con gran consenso ciudadano» a la cuestionada ley de lemas.

El viernes pasado, el secretario de Asuntos Políticos nacional, Adrián Pérez, se había sumado a la voces oficialistas que plantearon la necesidad de «debatir la utilidad» de las internas abiertas una vez transcurridas las elecciones.

En ese sentido, el funcionario de Mauricio Macri señaló que «prácticamente no habrá utilización de las primarias» por parte de las fuerzas políticas y que se trata de un proceso «con un costo muy alto».

Sin embargo, el director provincial de Reforma Política y Constitucional, Oscar Blando, alertó a La Capital sobre lo «inoportuno» de instalar una discusión respecto de las Paso «en medio de un proceso electoral en marcha, porque las reglas de juego están dadas y el gobierno debe cumplir y hacer cumplir la ley y garantizar los comicios y su transparencia, en lugar de cuestionarlos mientras se vota».

«Esta crítica puede aparejar un riesgo mayor: desalentar la participación ciudadana en las comicios, favorecer el abstencionismo y que los precandidatos se definan entre pocos electores, lo cual atenta contra una política democrática», añadió el funcionario.

Pese a considerar viable debatir acerca de las Paso una vez cumplido el calendario electoral de 2017, Blando rememoró que el sistema fijó en su momento el objetivo de «democratizar la competencia interna de las fuerzas políticas, que antes se definía entre pocos o por las élites partidarias».

«En Santa Fe, las primarias vinieron a suplantar, con gran consenso ciudadano, a la cuestionada ley de lemas. Además, en la provincia, el principal argumento que se critica a nivel nacional, la falta de competencia interna, no existió: desde la implantación de las Paso hubo, en todas las categorías, listas que favorecieron la puja electoral dentro de los partidos y las alianzas», repasó el abogado.

Acerca del alcance de una posible reforma, Blando también subrayó que las Paso «pueden ser no obligatorias para los ciudadanos, pero hay que tener en cuenta que eso trae aparejado otros problemas».

En ese sentido, ejemplificó: «Un caso elocuente es Uruguay, donde el voto en la primarias y generales pasó a ser voluntario. No obstante, el 53,4 por ciento de participación registrado en 1999 trocó a un 37,8 por ciento en 2014. Hubo abstencionismo y elecciones decididas entre pocos y en contextos de desigualdad social. En la actualidad, algunos estudian volver a la obligatoriedad en ese país».

Las Paso fueron creadas en 2009, tras la aprobación de la ley electoral Nº 26.571, y definen cuáles partidos están habilitados a presentarse a los comicios generales (aquellos que obtengan al menos el 1,5 por ciento de los votos válidamente emitidos) y la lista que representará a cada fuerza política.

Blando, además, objetó al oficialismo por poner el acento en el costo de las Paso. «Como dice Marcelo Escolar (doctor en Filosofía y Letras), si la política aparece como un aditamento que hay que soportar para que funcione el sistema democrático, creo que la perspectiva es bastante equivocada. Salvo que se quiera, desde una mirada antipolítica, que una democracia no tenga partidos, elecciones ni congresos», fundamentó.

En esa línea de razonamiento, el funcionario agregó: «Si queremos ampliar y no restringir la participación ciudadana y los espacios de representación, hacen falta recursos, que deben ser transparentes, auditables y austeros. Por eso es necesaria una reforma sobre el financiamiento de la política».

De todos modos, Blando se mostró preocupado por la existencia de un problema «más profundo, que es parte de una cultura y de prácticas políticas arraigadas y basadas en un crudo pragmatismo, sin principios ni ética, en personalismos exacerbados y no tan fácil de erradicar».

Según el funcionario, es algo que las primarias «no pueden esencialmente resolver: un sistema de partidos débiles, fragmentados y territorializados, donde cada líder provincial tiene libertad para armar su propia estrategia electoral».