La Sociedad Rural de Rosario reclama un dólar a 30 pesos

Insisten con el atraso cambiario. Denuncian que las terminales portuarias especulan con el cupo.

La suba del dólar en las últimas semanas -que lo ubicó arriba de los 19 pesos- sumó algo de entusiasmo al sector agroproductivo aunque alertaron que la moneda estadounidense debería rondar los treinta pesos.

«El tipo de cambio no cierra» sostuvo el presidente de la SRR, Tomás Layus, en diálogo con LPO y estimó que «para que sea competitivo tiene que estar cerca de los treinta pesos. En los 90, un dólar valía el equivalente a un café. Hoy tendría que ser igual, hoy un café cuesta 30 pesos».

Con esta singular comparación, Layus manifestó la necesidad que el dólar continúe en ascenso para hacer más competitivo al sector. «Tenemos el valor de la soja al del año pasado pero con una inflación del 25 por ciento, por lo tanto, se nos ha achicado el poder de compras e inversión» afirmó el productor.

Desde la entidad trazan un panorama complejo para el campo donde se combinan cuestiones ambientales como la corriente de la Niña, que promete extender la temporada seca, sumado a los aumentos del gasoil -principal insumo para el campo- y el atraso cambiario. Un combo por demás de preocupante para el sector.

Además, desde la Sociedad Rural junto al Centro de Corredores de Cereales de Rosario y la Sociedad Gremial de Acopiadores denunciaron «un gran negocio financiero» de parte de las terminales portuarias a partir de la asignación de cupos para la descarga.

A solo un mes del arribo de la cosecha gruesa, las entidades mencionadas acusaron a las grandes cerealeras de utilizar la asignación de cupos para beneficiarse de «un gran negocio financiero» según informaron a LPO.

En diciembre pasado, la falta de fluidez en la asignación de cupos para la descarga en los puertos produjo serios inconvenientes logísticos y comerciales y temen que los mismos se vuelvan a presentar con la descarga del maíz.

Desde entonces, las cerealeras adeudan cupos de negocios ya concretados en la segunda mitad del 2017 privando a los productores de liquidar la cosecha. La bronca se profundizó cuando advirtieron que les dan prioridad a los clientes directos «que no respetan los canales de comercialización generando un gran negocio financiero».

Es que en diciembre, mientras las empresas agroexportadoras no habilitaban los cupos para el ingreso del trigo negociado en julio y agosto, a un valor que rondaba los U$S 180 y argumentaban no tener capacidad para los contratos vencidos, salieron al mercado a comprar trigo a 160 dólares, 20 menos de lo que lo habían pagado a mitad de año.

«Este comportamiento, no sólo perjudicó comercialmente a corredores, acopios, y productores ya que con la administración en forma discrecional de los cupos hacen un gran negocio financiero» aseguraron desde la SRR.

La maniobra, advierten los productores, «está incumpliendo las reglas y usos del comercio de granos que establecen que ‘cuando se trate de mercadería a entregar sobre camiones en elevadores terminales u otros destinos en los que la asignación de cupos sea uso y costumbre, el comprador deberá asignar al vendedor los cupos para la entrega de la mercadería dentro del período contractual» lo cual no está sucediendo.

Además, informaron que desde la Secretaría de Transporte están al tanto y «se están haciendo importantes esfuerzos para corregir los vicios del sistema y mejorar la logística en las zonas portuarias evitando la confluencia simultánea de grandes cantidades de vehículos a los pueblos ciudades y terminales del Gran Rosario, pero creemos que esto podría perfeccionarse si se contemplan todas las variables» señalaron.

Actualmente, el sistema controla y valida el CTG contra un turno alfanumérico de descarga asignado por una terminal que cuente con capacidad de recibo disponible en la fecha solicitada, pero no se está controlando que las empresas sigan otorgando turnos cuando todavía adeudan anteriores y ya están comprometidos contractualmente.

Para corregir esta situación, las entidades están trabajando en un borrador para presentar ante el Ministerio de Transporte para poner en funcionamiento un sistema STOP que permite que el comprador no pueda otorgar cupos por encima de su capacidad de descarga para garantizar los contratos pendientes.