Baltazar, el joven con síndrome de down que encontró su vocación de forma inesperada

La historia del jóven «Balti» demuestra que ayudar a los demás puede transformarse en una vocación y un trabajo.

Baltazar Adolfo Bordón es un joven de la ciudad de Malabrigo, unos 40 kilómetros al sur de Reconquista.  Tiene 23 años y vive con su papá Aníbal sobre la calle Güemes que pasa por el centro de la ciudad.

A mediados del año 2022, la municipalidad decidió modificar la circulación en calle Güemes transformándola en sentido único. Cuando esto sucede, hay una etapa de promoción y de información para los conductores. Y sobre todo, un período de educación para que los automovilistas no cometan errores que puedan terminar en accidentes. Es por eso que durante muchos días hubo inspectores municipales cerca de la casa de «Balti» que, con silbatos y señas, dirigían el tránsito y señalaban el sentido de circulación de los ciudadanos.

«Balti» observaba atentamente el trabajo de los uniformados y, cuando estos no estaban, salía él mismo a la calle y los imitaba, advirtiendo a quienes circulaban en contramano.

Cuando no estaban los inspectores, me pedía permiso para ir a la vereda, en la sombrita. Después le regalaron un silbato y se ponía ropa toda azul

Anibal cuenta «me pedía permiso para ir a la vereda y observaba a los inspectores cuando alguien venía en contramano. Y cuando los inspectores no estaban, salía él al frente de mi casa, en la sombrita». Con el paso de los días, le regalaron un silbato y el trabajo del joven ya fue más completo.

Las autoridades deciden accionar

Estaba claro que esto podía significar una gran posibilidad para el desenvolvimiento social de Balti, incluso una mejora integral en su salud y desarrollo personal. Así que se generaron encuentros entre Hugo Espíndola, el fonoaudiólogo que trabaja con Balti; La Subsecretaría de Desarrollo Humano y la familia Bordón. Decidieron generar un proyecto de integración social por el cual Baltazar se integró al equipo de tránsito del municipio durante un período de tiempo.

En noviembre del 2022, nuestro voluntario de la calle Güemes comenzó haciendo tareas de vigilancia y organización del tránsito peatonal y vehicular. Sus compañeros del área -entre los que se encuentra una hermana de Balti- le enseñaron sobre el rol, obligaciones y derechos de un inspector de tránsito. Recibió su uniforme, visitó al intendente en su primer día de trabajo y comenzó una nueva vida.

El presente de Baltazar 

En mayo de 2023, y luego de una evolución muy positiva de Baltazar, de adaptarse a la rutina laboral, de aprender y de ir ganando independencia, renovó el convenio para seguir trabajando en el área de tránsito. Aníbal nos cuenta que la evolución del joven es muy significativa, tanto en su trabajo como en el día a día en casa.

Sus compañeros de trabajo me dicen que antes salía calladito a caminar y ahora habla con todos, saluda a la gente, se saca fotos.

Además, poco a poco fue ampliando las actividades que realiza. Ordena el tránsito a la salida de la escuela nocturna y asiste al vivero municipal. Los compañeros que tiene en el área de tránsito, le cuentan a Aníbal sobre los cambios que notan desde los primeros días de trabajo y cómo ahora tiene mucha más apertura con la gente, hasta se saca fotos con los vecinos.

Sin dudas, el caso de Baltazar deja muchas enseñanzas que cada lector podrá apreciar. Como decimos comúnmente en este medio cuando damos a conocer este tipo de experiencias: que esta historia sirva de inspiración a los indecisos y de ánimo a los frustrados. No existen límites cuando hay determinación a lograr una meta.